sábado, 15 de septiembre de 2012

Las canciones del asilo

De a poco estoy haciendo mi compilado de canciones para cuando me vaya al asilo. Aún hay bastante tiempo para seguir eligiendo las canciones más bonitas, aunque cuenten cosas tristes.




Lucha de Gigantes, me lleva acompañando ya unos 12 años, en ese tiempo creía que la entendía, pero no era así, sólo la intuía ¿Quizás es esto hacerse mayor? De pronto todas las canciones del mundo tienen sentido. Esta canción habla sobre la debilidad del hombre frente a las adicciones, que por cierto, hay de muchos tipos. No somos libres, nada libres, y llega un momento en que nos empezamos a hacer conscientes de nuestros demonios y ya no hay vuelta atrás: es como si no fuese por una cosa será por otra, y siempre creyéndonos que el otro pasa sin tropezar, hay en esto una arrogancia y una terquedad de querer ser el más débil, por cojones, supongo. Y por otro lado la humildad de reconocer: "deja que pasemos sin miedo", que es donde está la esencia de la adicción: en el trauma, que nos hace estar muertos de miedo. En entender que el otro también tiene miedo, que todos tenemos miedo.

Para qué hablar de la soledad y los fantasmas, esos fantasmas que son recuerdos que nos persiguen, ¿cómo no creer en ellos? Suele ser lo más poderoso que tenemos, pero es maravilloso que los llame fantasmas, porque hay algo de irrealidad en recordar: las cosas -muy seguramente- no fueron como creemos recordar que fueron.

Por último, intentar asimilar que nuestra fragilidad es la que nos acerca al otro, es el dolor el que nos hace comprender a los demás o al menos intentarlo. Y también es lo que nos hace avanzar, porque -a pesar de todo- la canción nos habla de luchar, aunque no tengamos posibilidad alguna de ganar.


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